Ciudades Inteligentes en Iberoamérica: hacia un urbanismo inclusivo con tecnología y participación ciudadana

En Sudamérica, las ciudades concentran los desafíos más agudos de desigualdad, movilidad, vivienda, cambio climático y servicios públicos. Frente a ello, las llamadas “ciudades inteligentes” no son ya un lujo tecnológico, sino una apuesta estratégica: usar datos, tecnología y modelos de gobernanza participativa para mejorar la calidad de vida de todos, sin excluir barrios periféricos, comunidades vulnerables o poblaciones con menor acceso a infraestructura digital.

Medellín, Colombia, ha emergido como un caso de referencia nacional e internacional, no solo por su capacidad técnica, sino por su esfuerzo de integrar a la ciudadanía en la toma de decisiones. Este artículo analiza su ejemplo, lo compara con otras ciudades de la región, y propone orientaciones concretas para lograr ciudades inteligentes inclusivas.

Panorama regional: ¿qué se entiende por “ciudad inteligente inclusiva”?

Una ciudad inteligente (Smart City) va más allá de sensores e IoT: implica un ecosistema donde la tecnología, los datos abiertos, la sostenibilidad, la inclusión social, la equidad y la participación ciudadana se combinan para que las políticas respondan (build with, not for). Claves como:

  • acceso digital equitativo

  • gobierno abierto y rendición de cuentas

  • participación ciudadana efectiva, especialmente de grupos vulnerables

  • movilidad sostenible

  • gestión ambiental y de riesgo climático

Medellín como caso central: avances, retos y lecciones

Avances destacados

  1. Liderazgo nacional en ciudades inteligentes
    Medellín fue reconocida como la Ciudad más Inteligente de Colombia por el Ministerio TIC en el índice de “Madurez de Ciudades y Territorios Inteligentes” del año 2022. medellin.gov.co
    La medición evaluó 42 entidades territoriales, incluyendo alcaldías y gobernaciones, en seis dimensiones: personas, calidad de vida, hábitat, desarrollo económico, gobernanza y medio ambiente. medellin.gov.co+1

  2. Infraestructura de datos y sensores
    Medellín ha instalado sensores para monitorear variables como tráfico, contaminación acústica, afluencia de personas y residuos. Se ha implementado la plataforma FIWARE para la recolección de datos en tiempo real. medellin.gov.co

  3. Participación ciudadana desde lo institucional

    • La estrategia “Participación Ciudadana de Medellín” (Medellín participa: Medellín te quiere) vincula plataformas de co-creación con ciudadanos, organizaciones sociales y expertos para abordar retos urbanos. medellin.gov.co+1

    • App ReporteMED: permite a cualquier ciudadano reportar problemas locales (huecos, fallas en alumbrado, basuras, etc.), integrando a la población en la vigilancia y mejora del espacio urbano. medellin.gov.co

  4. Política nacional de apoyo estructural
    Colombia cuenta con el Modelo de Madurez de Ciudades y Territorios Inteligentes, promovido por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC). Este modelo hace autodiagnósticos en dimensiones clave, permite líneas base territoriales, orienta planes locales y busca incluir la voz ciudadana en el diseño de estrategias. gobiernodigital.mintic.gov.co+2mintic.gov.co+2

Retos y áreas de mejora

  • Brechas digitales: zonas rurales o barriadas periféricas de ciudades aún tienen acceso deficiente a internet de alta velocidad, espacios de trabajo remoto, o dispositivos adecuados.

  • Sostenibilidad financiera y mantenimiento: los sensores, tecnología IoT y plataformas requieren mantenimiento constante, financiamiento suficiente y capacidades técnicas locales que no siempre están desarrolladas.

  • Privacidad, transparencia y rendición de cuentas: al recolectar datos se necesitan marcos legales y operativos claros para proteger la privacidad de la ciudadanía y evitar sesgos.

  • Inclusión efectiva: no basta con herramientas digitales; hay que asegurar que todos los grupos sociales se sientan representados en los espacios de participación, incluidos jóvenes, mujeres, personas con discapacidad, comunidades rurales o minorías étnicas.

Otros ejemplos sudamericanos comparativos

Santiago de Chile

  • Fue elegida por el ranking Cities in Motion (IESE Business School) como la capital más inteligente de Latinoamérica en 2024, evaluada en dimensiones como gobernanza, movilidad, transporte, capital humano y medio ambiente. Entre sus logros está una flota de autobuses públicos electrificados que superó metas previstas. CNN Chile

  • Tiene iniciativas como Smart Citizen Santiago, una plataforma de participación y datos abiertos para que los habitantes contribuyan al diseño urbano y visualicen indicadores en tiempo real. Repositorios Latinoamericanos

Buenos Aires, Argentina

  • Ha desarrollado el Proceso de Inteligencia Colectiva del Plan de Futuro (desde 2021), involucrando ciudadanía, actores institucionalizados y organizaciones civiles para definir ejes como transformación urbana, ciudad digital, trabajo, educación, bienestar. Buenos Aires

  • Ha implementado políticas de gobierno abierto, datos abiertos y programas de participación como BA Elige, donde los ciudadanos votan prioridades municipales. repositorio.udesa.edu.ar

Claves para replicabilidad: cómo hacer que una ciudad inteligente sea también inclusiva

Basado en los casos anteriores, estas son estrategias que se repiten en las ciudades más exitosas:

Clave Qué implica concretamente
Diagnóstico participativo Usar modelos de madurez que incluyan percepción ciudadana; realizar foros, encuestas territoriales y mapas de necesidad local.
Estrategias legales/regulatorias claras Definir normas de protección de datos, transparencia y mecanismos de rendición de cuentas.
Infraestructura tecnológica distribuida y accesible Implementar sensores, IoT y conectividad en barrios marginales; crear puntos WiFi comunitarios y plataformas digitales fáciles de usar.
Gobernanza inclusiva Fomentar laboratorios de innovación pública (como Reto de Ciudad o CiudadaníaLab en Medellín), espacios de co-creación y participación de organizaciones locales.
Sostenibilidad financiera e institucional Garantizar recursos para mantenimiento tecnológico, capacitación y actualización de infraestructuras; promover alianzas entre el sector público, privado y comunitario.
Orientación hacia resultados sociales Medir el impacto no solo en indicadores técnicos, sino en calidad de vida: reducción de tiempos de traslado, menor contaminación, mayor participación y mejor acceso a servicios.

ClaveQué implica concretamenteDiagnóstico participativoUsar herramientas como modelos de madurez que incluyan percepción ciudadana; hacer foros, encuestas territoriales; mapas de necesidad local.Estrategias legales/regulatorias clarasDefinición de normas de protección de datos, transparencia, mecanismos de rendición de cuentas.Infraestructura tecnológica distribuida y accesibleSensores, IoT, conectividad en barrios marginales; puntos WiFi comunitarios; plataformas digitales fáciles de usar.Gobernanza inclusivaLaboratorios de innovación pública (como Medellín lo hace con Reto de Ciudad / CiudadaníaLab), espacios de co-creación, organizaciones locales.Sostenibilidad financiera y institucionalAsegurar recursos para mantenimiento tecnológico, capacitación, actualización de infraestructuras; asociaciones entre lo público, lo privado y lo comunitario.Orientación hacia resultados socialesQue los proyectos midan no solo indicadores técnicos (cuántos sensores, cuánta conectividad) sino impacto en la vida cotidiana: reducción de tiempos de traslado, menor contaminación, mayor participación, mejor acceso a servicios.

Medellín demuestra que es posible avanzar hacia ciudades inteligentes que no dejan atrás a la ciudadanía, siempre que la tecnología se alinee con la participación ciudadana, la equidad y la gobernanza transparente. Santiago y Buenos Aires muestran caminos distintos, propios de su escala y contexto, pero con lecciones útiles: electrificar transporte, abrir los datos, fomentar gobierno abierto.

Para ciudades que aspiran a lo mismo en Sudamérica, la pregunta no es simplemente ¿tenemos sensores o IoT?, sino ¿cómo eso cambia la vida de los vecinos? La tecnología debe servir para que los ciudadanos participen, para que los servicios sean justos, para que las políticas consideren al que menos tiene—porque, al final, esa es la verdadera medida de una ciudad inteligente.

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